La Parábola del sembrador
Introducción
El Señor Jesús estaba sentado en una barca y le enseñaba a la gente que le seguía. “Salió un sembrador a sembrar, la semilla cayó en tierra muy desigual, como era la situación agrícola en Galilea. La semilla caída en el sendero pronto era comida por los pájaros ó pisada por los transeúntes. La semilla caída en suelo pedregoso brotaba con rapidez, pero el calor la seca por no tener raíces profundas. Nosotros también somos tierra para la simiente divina, y aunque la siembra es realizada con todo el amor de Dios, el fruto depende en buena parte del estado de la tierra donde cae”. Las palabras de Jesús nos muestran con toda fuerza la responsabilidad que tiene el hombre de disponerse para aceptar y corresponder a la gracia de Dios.
Propósito central
Comprender la importancia de la Palabra de Dios como semilla puesta en nuestro corazón. Observar la actitud que debemos tener frente a la semilla de la Palabra que es sembrada en nuestras vidas. Detectar que tipo de terreno somos para recibir la Palabra.
Quebrando el hielo
1. ¿Qué tan factible es el principio de las recompensas y el castigo para el mal vivir dentro de la sociedad donde vivimos?
2. ¿Cuál es el propósito de que la cizaña y el trigo crezcan juntos en el mundo?
2. ¿Cuál es el propósito de que la cizaña y el trigo crezcan juntos en el mundo?
Pasaje Bíblico (NVI)
Y les dijo en parábolas muchas cosas como estas: Un sembrador salió a sembrar. Mientras iba esparciendo la semilla, una parte cayó junto al camino, y llegaron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, sin mucha tierra. Esa semilla brotó pronto porque la tierra no era profunda; pero cuando salió el sol, las plantas se marchitaron y, por no tener raíz, se secaron. Otra parte de la semilla cayó entre espinos que, al crecer, la ahogaron. Pero las otras semillas cayeron en buen terreno, en el que se dio una cosecha que rindió treinta, sesenta y hasta cien veces más de lo que se había sembrado. El que tenga oídos, que oiga. Mateo 13: 3-9.
Desarrollo del tema
Existen cuatro tipos de terrenos
1. Los de junto al camino Mateo 13:4 - Este grupo de personas son los que oyen la Palabra solamente, ó sea, en los corazones insensibles. Aquí tenemos un terreno que si alguna vez había sido arado y ablandado, otra vez se había endurecido. La tierra pisada son las almas disipadas, vacías. Sugiere una indiferencia a las cosas espirituales, abiertas por completo a lo externo, sin orden en sus afectos, de corazones duros, que escuchan la palabra divina, pero con suma facilidad el diablo la arranca de su alma.
2. Entre piedras sin mucha tierra Mateo 13:5 - Este grupo son los que oyen la Palabra, pero la olvidan. Este terreno era muy delgado y cubierto con pedregales, que se refiere a corazones superfluos ó triviales, que empezaron con mucho entusiasmo y celo, pero pronto se les terminó su propósito. Representa a las almas superficiales, inconstantes, incapaces de perseverar. Tienen buenas disposiciones, incluso, reciben la gracia con alegría, pero llegado el tiempo de hacer frente a las dificultades, retroceden, no son capaces de sacrificarse por llevar a cabo los propósitos que un día hicieron, y éstos mueren sin dar fruto.
3. Entre espinos y fue ahogada Mateo 13:6 - Los que oyen pero no retienen la Palabra. Este terreno muy bien puede representar “el engaño de las riquezas”, y “el afán de este siglo”. Son los corazones asfixiados. La tierra era lo suficientemente buena, pero es incompatible que la cizaña ó yerba mala deje que el grano dé su fruto. Estos dejan que el corazón se superfialice hacia el dinero, a las influencias, al aplauso, a la última comodidad de la publicidad, a la abundancia de cosas innecesarias, estas cosas son un grave obstáculo para que el amor de Dios arraigue en el corazón.
4. Buena tierra Mateo 13:8 - Los que oyen, retienen la Palabra y dan mucho fruto. Es el que oye, recibe, entiende y retiene la Palabra. Los corazones firmes y constantes. Este terreno recibió la semilla y la cultivó cuidadosamente. Este fructifica y produce el ciento, ó el sesenta, ó el treinta. Dios espera de nosotros que seamos un buen terreno que acoja la semilla para que produzca fruto abundante.
La parábola aplicada
1. Notemos que la semilla es idéntica en cada caso; la lección que nos enseña este pasaje no estriba en la diferencia de semillas. El aspecto importante de la parábola sugiere una diferencia en la tierra. 2. Siempre la semilla da abundante fruto, pero ese fruto está encerrado en la semilla misma.
Verso para memorizar
“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará". 2a Corintios 9:6.
Lectura para la semana del libro de Proverbios
Lunes - Proverbios capítulo 13
Martes - Proverbios capítulo 14
Miércoles - Proverbios capítulo 15
Martes - Proverbios capítulo 14
Miércoles - Proverbios capítulo 15
Jueves - Proverbios capítulo 16
Viernes - Proverbios capítulo 17
Sábado - Proverbios capítulo 18
Viernes - Proverbios capítulo 17
Sábado - Proverbios capítulo 18
Elaborado por Luis Alfonso Gutiérrez
1 comentario:
Hola,
Gracias por los devocionales, están muy padres, esperamos que sigan subiendolos...
Amigo de Mexico
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